El pugilista Mike Tyson conmociona a los vecinos del populoso barrio 8 de Abril

Los vecinos del populoso barrio 8 de Abril se vieron conmocionados por la trascendencia nacional que adquirieron, tras el anuncio de que el ex campeón norteamericano de peso pesado de boxeo, Mike Tyson, es el padrino del comedor comunitario Jesús y los niños en el popular programa de TV Bailando por un sueño 2011, conducido por Marcelo Tinelli. 
El martes pasado, tras el debut de Tyson, quien bailó con su esposa Kiki y ganó la primera ronda, más de 150 chicos y chicas que asisten al comedor ubicado en calle Dorrego al 700 anhelan que el reconocido pugilista sea el ganador para que se haga realidad el sueño de contar con un local cómodo y confortable que los cobije diariamente a la hora del almuerzo. 
Ayer, la impulsora del comedor comunitario, Mirta Ábalos, una vecina de toda la vida del 8 de Abril, no podía salir de la sorpresa al enterarse de que habían sido seleccionados en el programa de Tinelli. 
Emocionada, contó a EL LIBERAL: “Para mí fue una sorpresa ver que nuestro padrino es Tyson, me ha conmovido mucho, no tengo palabras para describir la emoción que siento”. 
Relató que hace un mes recibió la visita de la modelo Carolina Baldini, acompañada por el mánager santiagueño de modelos José Antonio, “y unos días después aparecieron los de la producción de Ideas del Sur, quienes me preguntaron qué necesitábamos, entonces les expliqué que a los chicos les falta de todo, les he pedido ropa, calzados, alimentos, que completen la edificación del comedor, ellos tomaron nota, filmaron y después me llamaron para decirme que el comedor había sido favorecido para competir en Bailando por un sueño, pero no me dijeron que el padrino iba a ser Tyson”. 
Aseguró que cuando el martes a la noche vio a Tyson como padrino del comedor se sorprendió porque “pensaba que iban a elegir a Leonardo Piccinato con Rocío Marengo”. 
Con sencillez, confesó: “Pensaba que siendo tan humildes no íbamos a poder entrar al programa de Tinelli y ahora estamos esperanzados porque me dijeron que si nuestro padrino no gana, los artistas que bailan por el sueño a veces lo cumplen por su cuenta”. 

Los comienzos
Mirta Ábalos, al referirse a los inicios del comedor, recordó: “Hemos comenzado hace casi 11 años pidiendo ayuda casa por casa, hemos comenzado de abajo, sin nada, pidiendo a la gente de este barrio y de otros barrios que nos donen la mercadería que les sobre”. 
Recalcó: “Lo hicimos al ver que había muchos chicos que no comían todos los días porque sus padres no tenían trabajo y no podían alimentarlos”. 
En esta tarea solidaria, Mirta no está sola, cuenta con el apoyo de varias vecinas que cargan vivencias de privaciones, igual que ella, desde muy chicos. 
Comentó: “Al ver todas esas cosas que hemos pasado y para que los hijos de nuestros vecinos no pasen hambre, nos juntamos un grupo de madres, entre ellas Angélica, Roxana, Paola, Ivana, Cristina, Lorena y Luli, y decidimos montar el comedor, que el 7 de agosto va a cumplir 11 años”. 
Recordó que en los primeros meses del funcionamiento del comedor, alimentaban a 89 chicos y chicas, “pero cuando se fueron enterando se iban agregando niñitos de La Católica, de las calles Monteagudo y Gancedo, además de los que viven sobre la Dorrego, y ahora, de lunes a lunes, alimentamos a más de 150, algunos de ellos de 16 años de edad que vienen desde chicos y no podemos negarles un plato de comida, además colaboran cortando leña y ayudan a servir”. 
Los chicos comen por tandas porque no alcanzan los tablones ni los bancos para contener a la totalidad, por lo que los almuerzos comienzan a servirse a las 12.30 y terminan a las 14.30. 
También recordó Mirta Ábalos que cuando comenzaron los chicos comían al aire libre, debajo de un árbol, “y cuando hacía frío rogábamos que aparezca el sol para calentar el ambiente, o sino almorzaban cerca de la cocina a leña”. 
Asimismo, destacó: “Hace unos cuatro años la señora Adriana Ick vino al comedor y vio que los chicos comían al descampado y nos ayudó a hacer el salón, donándonos la construcción del techo y de las paredes para hacer el cerramiento”. 

El menú 
Para el mantenimiento del comedor, Mirta recibe mensualmente un subsidio de 1.500 pesos otorgado por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la provincia. 
Con ese dinero, más algunas donaciones que se consiguen en las cotidianas recorridas por distintos barrios, las madres del comedor Jesús y los niños se las arreglan para preparar un menú que varía día a día. 
Al respecto, Mirta precisó: “Los lunes, hacemos guiso, los martes hay estofado, los miércoles preparamos albóndiga con arroz, para los jueves está previsto polenta con tuco y para los viernes, milanesa o hamburguesas con puré; mientras que los sábados y domingos preparamos locro o empanadas”. 
Estimó Mirta que por mes necesita unos 6.000 pesos para poder darles de comer a todos y también serviles la merienda, porque le conmueve y le duele “ver que hay chicos que a la tarde vuelven de la escuela y se tienen que ir a dormir con el estómago vacío”. l